
Estás a punto de explorar más de medio siglo de historia marina del Ártico.
El Arctic Duchess, un buque retirado de la Guardia Costera Canadiense, ha experimentado una transformación bajo el cuidado de Arctic Duchess Adventures. Con un legado que abarca más de medio siglo de historia marina ártica, se erige como el faro resiliente de una época, ostentando con orgullo el título del buque con casco de acero más antiguo que se conserva en el Gran Lago del Esclavo. En su forma rejuvenecida, es más que una embarcación; es un testimonio viviente del espíritu indómito de las aguas árticas.
Este gigante de 165 toneladas, bautizado originalmente como CCGS Eckaloo en 1961 en el corazón de Fort Smith, Territorios del Noroeste, personificó la esencia de un explorador (que significa "Eckaloo"), guiando a su tripulación a través del gélido abrazo de las aguas del norte. Desde el Gran Lago del Esclavo hasta el río Mackenzie, y hasta el océano Ártico, dejó su legado a través de las actividades de la Guardia Costera. Las tripulaciones pasaron meses a bordo, navegando en el Arctic Duchess de una comunidad remota a otra, forjando conexiones y creando recuerdos imborrables.
En 1988, una modernización multimillonaria y transformadora amplió su proa, rebautizándola como Hay River 2, para luego adoptar su identidad definitiva como Arctic Duchess en 1995. A pesar de su notable evolución, el corazón de la embarcación late con los ecos de la historia. Los planos originales, los registros del ingeniero jefe que datan de 1968 e incluso el atemporal timón de madera se han conservado meticulosamente. Existe una leyenda tácita, que se cuenta entre susurros de capitán en capitán, según la cual Su Majestad la Reina honró este mismo barco durante su histórica visita a Yellowknife en 1994.
Ahora, bajo la dirección de Arctic Duchess Adventures, este emblemático barco emprende una nueva etapa. Invita tanto a lugareños como a viajeros a embarcarse en un viaje extraordinario, una oportunidad única para sumergirse en la esencia del Ártico canadiense. Aquí, entre los impresionantes paisajes y el baile de la aurora boreal, los pasajeros experimentarán mucho más que un simple viaje; se verán envueltos por la calidez de la auténtica hospitalidad norteña y una pasión compartida por la historia. El Arctic Duchess navega no solo como un barco, sino como una narrativa viviente, invitando a todos los que suben a bordo a formar parte de su extraordinaria historia.


